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La estructura de un régimen de propiedad en condominio maestro es una sinfonía de organización y coordinación, diseñada para armonizar la convivencia y administración de múltiples edificios habitacionales o comerciales, conocidos como subcondominios. Cada uno de estos subcondominios opera con su propia autonomía, dotado de estatutos y reglamentos específicos que rigen su funcionamiento interno, aunque permanecen sujetos a los lineamientos del condominio maestro.

El condominio maestro mantiene sus propias áreas comunes (completamento independientes a las de los subcondominios), las cuales deben mantenidas por todos los subcondominios que formen parte del mismo, por lo que, tendrá su propio presupuesto e incluso administrador y comités en su caso. Dependiendo de la configuración del condominio maestro y las áreas comunes que tenga será la forma en que deba organizarse, lo cual debe estar cuidadosamente plasmado en los estatutos o reglamentos correspondientes.

El condominio maestro, por ende, es el ente rector que establece las directrices generales para la convivencia y administración del complejo en su totalidad. Es esencial que este órgano celebre sus asambleas antes de que se lleven a cabo las asambleas de los subcondominios. Este orden permite que las decisiones tomadas a nivel maestro, especialmente aquellas que afectan a todos los subcondominios, sean debidamente comunicadas y consideradas en las asambleas subsecuentes de cada subcondominio.

Imagina, por ejemplo, que un subcondominio decide invertir en mejoras significativas sin tener en cuenta los acuerdos pendientes en la asamblea maestra. Si en esta última se decide aumentar las cuotas de mantenimiento en un 30%, el subcondominio podría encontrarse con un presupuesto insuficiente para cubrir tanto sus mejoras planificadas como el nuevo costo de mantenimiento, lo que resultaría en la necesidad de convocar una nueva asamblea para ajustar su presupuesto.

La normativa que rige los condominios maestros y sus subcondominios varía significativamente entre diferentes jurisdicciones e incluso de condominio en condominio. En algunos estados, el representante legal de cada subcondominio (el administrador) participa en una junta de administradores que hace las veces de «la asamblea del maestro», mientras que en otros, se permite una asamblea de todo el complejo condominal, donde todos los condóminos pueden participar directamente y votar en los asuntos relacionados con las áreas comunes del condominio maestro.

La clave para una gestión eficiente de este complejo sistema reside en adaptar los reglamentos y estatutos para garantizar transparencia, eficiencia y evitar conflictos de interés. Por ejemplo, en un condominio maestro en donde su administrador es el mismo que el de los subcondominios, podría ser preferible que el presidente del comité de vigilancia represente a los subcondominios en la asamblea maestra. Por otro lado, en un condominio maestro con menos subcondominios, una asamblea general del complejo condominal podría ser más efectiva y directa para la toma de decisiones. En un condominio con muchos subcondominios y diferentes administradores, probablemente lo mejor sería hacer una asamblea sólo de administrador para evitar reuniones interminables.

La elaboración de estatutos o reglamentos que se ajusten adecuadamente a la estructura del condominio maestro y sus subcondominios es vital. Solo así se puede asegurar que la organización funcione de manera fluida y eficaz en la práctica. Al final del día, el objetivo es que cada miembro de la comunidad pueda vivir o trabajar en un ambiente armónico, donde las reglas claras y la buena gestión contribuyan a una convivencia pacífica y enriquecedora.

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