El Rol Crucial de un Comité de Vigilancia Comprometido con el condominio.
En la compleja maquinaria de la gestión condominal, el comité de vigilancia emerge como un pilar fundamental cuya importancia trasciende la mera nominación de la asamblea. Su función no debe ser tomada a la ligera, ni ser utilizada a conveniencia de sus miembros. Se debe velar siempre por el bienestar general y acatar los acuerdos de la asamblea; centrándose únicamente en su labor de supervisión vigilante sobre el administrador, encaminada a garantizar el cumplimiento de normativas y salvaguardar los intereses de todos los vecinos.
Sin embargo, lamentablemente, en muchas ocasiones, este órgano es relegado a un segundo plano, convirtiéndose en una mera formalidad, cuyo único propósito parece ser cumplir con un requisito legal. Peor aún, en otros casos, se ha observado un exceso de poder por parte del comité, usurpando funciones propias del administrador y desequilibrando la delicada balanza de responsabilidades.
Es crucial recalcar que el comité de vigilancia no debe ser un ente pasivo, sino un actor proactivo, documentando minuciosamente su labor de supervisión y posteriormente presentado lo encontrado a la asamblea, quien es la que, en última instancia decidirá si el accionar del administrador fue el adecuado o no. Este enfoque no solo responde a la necesidad de transparencia y rendición de cuentas, sino que también resguarda a sus integrantes de potenciales responsabilidades legales derivadas de acciones negligentes u omisiones.
Es imperativo destacar que tanto la administración como el comité deben contar con un respaldo sólido ante eventuales denuncias o demandas. La existencia de precedentes que establecen la posibilidad de fincar responsabilidades tanto al administrador como a los miembros del comité por su actuar negligente, hace indispensable la adopción de medidas preventivas, como la obtención de un seguro de responsabilidad civil que ampare cualquier eventualidad.
Los riesgos inherentes a la gestión de condominios son variados y a menudo imprevisibles. Desde accidentes que implican graves consecuencias hasta disputas legales que amenazan la estabilidad financiera del condominio, el panorama exige una preparación meticulosa por parte de quienes ostentan cargos de responsabilidad.
No obstante, es crucial encontrar un equilibrio entre la diligencia debida y la eficiencia operativa. El ejercicio de los cargos debe realizarse con profesionalismo, pero sin caer en el extremo de obstaculizar la operación fluida del condominio. Zapatero a sus zapatos: una máxima que recuerda la importancia de respetar los límites de cada función para asegurar el buen funcionamiento del conjunto condominal.
En definitiva, el comité de vigilancia emerge como un actor central en el entramado de la gestión condominal. Su compromiso y diligencia no solo garantizan el cumplimiento de normativas y la salvaguarda de los intereses de los copropietarios, sino que también constituyen un escudo protector ante los altibajos y desafíos que puedan surgir en el devenir del condominio.
No cumplir con sus obligaciones, acarrea responsabilidad ante los demás condóminos por su falta de responsabilidad y, por el contrario, sobrepasar sus funciones puede desencadenar conflictos entre dichos miembros y la administración, causando una división en el conjunto condominal. Por esto, el comité de vigilancia debe limitarse a cumplir con la supervisión pero sin llegar a practicar la microgestión o micromanagement, porque este tipo de malas prácticas lo único que hacen es generar desconfianza y división.
Al final del día, la asamblea debe decidir, muchas veces en base a las observaciones que haga el comité de vigilancia, que es lo que va a suceder en el ejercicio siguiente. De ahí la importancia de su función, mientras mejor información, pruebas y documentación tengan para respaldar su dicho, más fácil será generar convicción en la asamblea de que la administración está haciendo bien o mal su trabajo, y por ende, la asamblea podrá tomar una decisión consciente e informada de la siguiente acción a tomar en favor del bienestar general.